Segundo Manifiesto itinerante: Desde las entrañas

Volvemos a sacar uñas y dientes para presentarles nuestro segundo manifiesto, manifiesto al que llamamos itinerante porque creemos necesario no enquistarnos y mutar constantemente, no queremos crear nuevas normas sino ser felices por fuera de ellas.

Somos perras rabiosas con muchas ganas de morder y contagiar nuestra rabia, una rabia que se expande y expresa en cada minuto de nuestras vidas, vidas precarizadas con sed de venganza.
Sed de venganza porque esta sociedad nos dice cómo vivir, cómo entender nuestros y otros cuerpos, y pretende decirnos también cómo relacionarnos.

Pero rechazamos esto, no nos gusta, no queremos ser normales y desde esta anormalidad nos rebelamos, nos empoderamos y salimos a la lucha por la reapropiación de nuestros cuerpos, de nuestras mentes, de nuestras vidas.

Queremos generar espacios de lucha en las camas, en los espacios públicos, queremos hacer de nuestro propio cuerpo otro espacio de lucha y defenderlo siempre sabiendo que es nuestra principal y última arma.

Porque somos individualidades rabiosas, no normativas, incorformistas, contestarias. Porque ser descaradas, sin vergüenzas, putas, perras, lobas, zorras, divinas y divas, no nos produce el más mínimo sentimiento de culpabilidad.

Exigimos para cada uno de los aspectos de nuestras vidas el derecho a desarrollar nuestra legítima rareza.

Queremos portarnos muy mal en manada, respetándonos mucho porque, como al principio, seguimos sosteniendo que portarse mal es un placer, un orgiástico y polysexual placer.